De la tesis como un lechón y los procesos de “espacialización” de los periódicos mexicanos

En días recientes apareció publicado un artículo con el que cierro un largo proceso de investigación sobre la prensa en Guadalajara. El proceso comenzó en el año de 2010, cuando inicié el estudio de la maestría en comunicación en la Universidad de Guadalajara y hoy concluye ocho años después. Mi punto de entrada para ese trabajo fue el marco histórico estructural propuesto por el Dr. Enrique Sánchez Ruiz, el cual busca entender a los medios de comunicación como instituciones complejas, multidimensionales y que están en un constante desarrollo dentro de arcos históricos locales, nacionales y globales. A mitad de la maestría me fasciné con el corpus teórico y crítico de la economía política de la comunicación, el cual hizo una buena mancuerna con la perspectiva histórico estructural. 

 

Al final del trabajo de posgrado escribí la tesis titulada “Historia, estructura, producción y financiamiento de la prensa generalista de Guadalajara (1990-2010)”, sustentada en un largo trabajo de campo que incluyó la revisión del archivo del periódico Siglo 21, una amplia investigación en hemerotecas de Guadalajara y la Ciudad de México, peticiones de información pública a través del servicio de transparencia, entrevistas semi estructuradas con periodistas y directores de periódicos, y una constante observación a la industria de medios local. 

 

En su libro Cómo hacer una tesis, Umberto Eco escribió que las tesis son como unos lechones a los que hay que sacarles todo el jugo posible: una pierna del lechón te puede servir para preparar una cena, el lomo para una comida, y las costillas para unos tacos. De igual forma, las tesis, a veces, se convierten en artículos, capítulos, informes o libros—por supuesto, siempre cuidando no publicar dos veces un trabajo que ya salió a la luz. 

 

Mi tesis de maestría, siguiendo el consejo de Eco, está dispersa en varias publicaciones, pero la que hoy presento, y que es la última de la serie, es la más me satisface por dos razones. La primera de ellas es porque es un artículo que habla sobre un sistema de comunicación local en México y que pudo publicarse en una revista internacional. Esto no es sencillo. Muchos artículos similares que he escrito han rechazado de otras revistas. Por lo general, si no escribes sobre Estados Unidos o Europa, de entrada, el artículo pierde posibilidades de publicación.

 

Esta idea me lleva a la segunda razón y tiene que ver con que en este artículo pude elaborar conceptos teóricos que explican en un sistema local muy particular, pero que pueden ser desarrollados en otros sistemas comunicativos.En términos del sistema de comunicación local explico cómo es que las grandes cadenas periodísticas lograron sobrevivir a crisis económicas a través del uso de tecnologías comunicativas para suplir trabajos humanos y reducir costos de operación.

 

En términos teóricos, avanzo el trabajo de Vincent Mosco y explico que, a través de las tecnologías comunicativas, los periódicos crearon “espacios” productivos en donde se mejoraron los procesos en términos económicos. En el caso de marras, los grupos Milenio y Reforma, crearon el triángulo dorado, compuesto por las urbes de Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México. En este triángulo dorado, entre otras cosas, lograron montar redacciones virtuales nacionales y crear mercados de anunciantes y lectores compuesto por los habitantes más pudientes de estas ciudades. En términos periodísticos, laborales, y democráticos, la nueva eficiencia de producción no arrojó buenos resultados, pues se redujo el número de reporteros laborando en la plaza y, por tanto, estuvo tuvo un impacto en la producción informativa local.

 

Especialización de los periódicos

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