Por Juan Larrosa, 9 de junio de 2025
La migración de América Latina a Estados Unidos siempre ha sido un tema central, al menos en los últimos cincuenta años, periodo en el que ha habido un intercambio muy importante —comercial, laboral y también cultural— entre Estados Unidos, México y el resto de los países de la región.
Este intercambio ha estado marcado por una relación de asimetría. Estados Unidos, como potencia y hegemon mundial durante el último siglo, ha controlado política, económica, tecnológica y culturalmente los flujos migratorios en su frontera sur. A lo largo de las décadas ha habido distintas fases, en general complicadas, porque por una parte el país depende del trabajo de personas migrantes, muchas veces en situación irregular, que realizan tareas que no siempre son asumidas por ciudadanos estadounidenses. Y por otra parte, ese trabajo es clave para industrias que Estados Unidos prefiere no realizar dentro de su propio territorio, como las más contaminantes o las más intensivas en mano de obra.
Desde la región latinoamericana, la migración también representa un ingreso económico importante, especialmente por las remesas que envían las personas migrantes. En el caso de México, estas remesas constituyen una parte fundamental del producto interno bruto. Sin embargo, esta relación sigue siendo profundamente desigual: el flujo de recursos económicos no compensa el costo humano y social que implica la migración para millones de personas.
Con la llegada de Donald Trump se abrió un nuevo capítulo, marcado por una crueldad explícita y un racismo que, aunque siempre presente, se expresaba antes con mayor sutileza diplomática. En las últimas semanas hemos presenciado un recrudecimiento del discurso antiinmigrante. Desde una perspectiva discursiva, se está construyendo la imagen de los migrantes como personas salvajes, violentas, incivilizadas, portadoras de una cultura inferior que representa una amenaza para Estados Unidos.
Esto lo explica con claridad Amparo Marroquín en el más reciente episodio del pódcast El Hilo, publicado por Radio Ambulante y titulado Trump, los migrantes y el uso político de la crueldad. Recomiendo mucho su escucha porque ofrece un análisis certero del discurso sobre migración en Estados Unidos.
Las imágenes recientes que ha difundido el gobierno estadounidense —a través de su agencia migratoria ICE— refuerzan esta narrativa: se muestra a personas racializadas, morenas, negras, rapadas, tatuadas, representadas como violentas. De las marchas pacíficas que han ocurrido en Los Ángeles, se seleccionan solo los momentos aislados de confrontación o violencia, muchas veces provocadas por la misma policía o la Guardia Nacional. Así, se construye una imagen distorsionada de lo que está ocurriendo.
El riesgo es que se trate de una estrategia deliberada: intensificar las detenciones y represión para provocar mayores protestas, y con ello alimentar el discurso que presenta a los migrantes como enemigos del orden y del país. Estamos en un momento delicado, donde el conflicto puede escalar peligrosamente.
Este texto fue leído originalmente en el noticiario de NTR Radio transmitido el 9 de junio de 2025 y conducido por el periodista Sergio René de Dios Corona.